DISFRUTE

Portugal no es solo un país, es una experiencia sensorial de sol, mar e innovación, con 850 km de costa, 3.000 horas de sol al año y paisajes que cambian en cada curva. Pequeño en tamaño pero enorme en identidad, combina siglos de historia con una energía contemporánea que cautiva a cada visitante… y te hace querer quedarte.

Y esa identidad se saborea mejor en un plato: la gastronomía portuguesa refleja el alma del país—rica, auténtica y llena de sabor. Desde platos icónicos como el bacalao (bacalhau) y el pulpo à lagareiro (con aceite de oliva) hasta irresistibles petiscos (tapas portuguesas), como los pastéis de bacalhau (croquetas de bacalao), los bifinhos pica-pau (trozos tiernos de carne) o las almejas à Bulhão Pato (almejas en salsa de ajo), siempre hay algo nuevo por descubrir. Y ninguna visita está completa sin el dulce abrazo de un pastel de nata (tarta de crema), idealmente acompañado de un café portugués bien cargado.

¿Listo para enamorarte? Visita Portugal y convierte cada momento—y cada bocado—en una celebración.

Lisboa es una ciudad vibrante llena de contrastes. Aprovecha para explorar el centro histórico: pasea por las calles de Alfama, disfruta de la vista desde el Miradouro da Senhora do Monte o sube en tranvía hasta el Castillo de São Jorge. Para un ambiente más cosmopolita, Descubra Lisboa en los barrios de Chiado y Baixa, donde te esperan tiendas, galerías y una energía urbana vibrante. Si el tiempo lo permite, una escapada a Belém siempre vale la pena—entre monumentos icónicos, jardines serenos y atardeceres dorados sobre el Río Tajo.

El Parque de las Naciones es una de las zonas más modernas y agradables de Lisboa, ideal para relajarse entre las sesiones del evento. Puede pasear junto al río Tajo, montar en teleférico, visitar el Oceanário de Lisboa o explorar el Pabellón del Conocimiento, con exposiciones interactivas. La zona también cuenta con espacios verdes, terrazas y una variedad de comercios, perfecto para una pausa rápida o para prolongar el día sin salir del área.